Información semestral sobre la falsificación del euro

En el segundo semestre del 2007, se retiraron de la circulación un total de 296.000 billetes en euros falsos. Aunque esta cifra representa un ligero aumento en comparación con el mismo período del 2006, sigue estando en consonancia con los valores observados durante los últimos años, como se indica en el siguiente cuadro en el que figuran los niveles semestrales de billetes falsos retirados.

Al comparar estas cifras con el número de billetes en euros auténticos en circulación (una media de 11,4 mm durante el segundo semestre del 2007), la cantidad de billetes falsos es muy reducida.

La gran mayoría de los billetes falsos (un 96%) retirados en el segundo semestre del 2007 se detectó en países de la zona del euro, aunque esta proporción es ligeramente menor que en períodos anteriores. Aproximadamente un 3,5% se detectó en Estados miembros de la UE no pertenecientes a la zona del euro y el resto, en otras regiones del mundo.

El desglose de billetes falsos por denominación es el siguiente:

El billete de 50 euros fue el más falsificado durante el segundo semestre del 2007. La suma de las tres denominaciones intermedias (20€, 50€ y 100€) representó en torno al 88% del total de billetes falsos.

Los ciudadanos pueden confiar en la calidad de los billetes en euros y sus elementos de seguridad. No obstante, el Eurosistema, esto es, el Banco Central Europeo (BCE) y los quince bancos centrales nacionales de la zona del euro, sigue recomendando a los ciudadanos que se mantengan alerta y comprueben la autenticidad de los billetes que reciben. Los billetes falsos pueden distinguirse fácilmente de los auténticos utilizando el sencillo método «TOQUE-MIRE-GIRE», descrito en las publicaciones del Eurosistema y en los sitios web del BCE y de los bancos centrales nacionales del Eurosistema. En caso de duda, el billete sospechoso debe compararse directamente con un billete que se sepa que es auténtico. Toda persona que sospeche que puede haber recibido un billete falso debe dirigirse a la policía o —en los casos en los que la práctica nacional lo permita— al banco central nacional correspondiente, facilitando tantos detalles como sea posible sobre el origen del billete.